Descubre el proceso de fabricación del tapón de corcho
El proceso de fabricación del tapón de corcho comienza con el descorche o «saca» del corcho (1), que consiste en extraer de los alcornoques la corteza que los reviste, el corcho. La mejor época para el descorche es entre mayo o junio y agosto. La extracción cíclica del corcho de los alcornoques permite el crecimiento saludable del árbol a lo largo de toda su vida, que dura aproximadamente entre 150 y 200 años. De media, cada alcornoque es sometido a 16 sacas, una cada 9 años. La primera saca produce un corcho (corcho virgen o bornizo) que no es utilizado en la producción de tapones. Nueve años más tarde, en la segunda saca es extraído el corcho secundario, un material con una estructura más regular, pero suave, aunque igualmente impropio para la producción de tapones de corcho. El corcho secundario es generalmente granulado y utilizado en productos como pavimentos. Es a partir de la tercera saca cuando se obtiene el corcho con características ideales para la producción de tapones, el denominado corcho amadia.
La saca, realizada por sacadores profesionales, no causa daño alguno al árbol.
Después de la extracción del corcho, las planchas cosechadas son transportadas a los patios de las industrias preparadoras, donde previamente a su tratamiento, será necesario proceder a su estabilización (2).
Tras el periodo de estabilización, las planchas de corcho son cocidas (3) en agua limpia durante una hora como mínimo. Antes de ser trabajado, el corcho tiene que ser cocido obligatoriamente para que se vuelva más flexible y permitir la expansión de todas sus lenticelas.
Una vez cocidas, las planchas son sometidas a retaceo, calibrado y escogido (4).
Tanto el tapón de corcho natural como el disco de corcho natural, se obtienen de una única pieza por perforación directa de las planchas de corcho (5).
Las planchas de corcho que no tienen un calibre suficiente para la producción de tapones o discos naturales, pero con calidad suficiente (corcho taponable), así como los restos obtenidos tras la perforación de estos tapones o discos naturales, que sigue siendo corcho de gran calidad, son triturados y transformados en tapones de corcho aglomerado (6).
El considerado corcho no taponable e incluso el polvo de corcho, son utilizados para la producción de otros materiales de corcho, tales como materiales aislantes y de construcción (parquet y decorativos), calzado, etc. Del material extraído del corcho, nada es desperdiciado.
Finalmente se procede a la selección y terminación (7), mediante un examen minucioso de los tapones de corcho, eliminando cualquier defecto perjudicial para su utilización en el proceso de embotellado del vino. El procedimiento de clasificación atribuye a todos los tapones de corcho un determinado grado de calidad. Esta inspección es realizada a través de lectores ópticos automatizados, programados para seleccionar los tapones con relación al reconocimiento de sus configuraciones. Otro procedimiento consiste en utilizar personal altamente cualificado para la inspección visual de los tapones, con el objeto de clasificarlos en distintas calidades.
Una vez seleccionados, los tapones de corcho son sometidos a un proceso de lavado y desinfección.
Después de la selección final, los tapones de corcho pueden ser impresos según las especificaciones del cliente, a través de rollos marcadores, impresión a tinta o a fuego. Concluida la marcación, los tapones son revestidos con silicona o parafina, que va a facilitar su introducción y extracción de las garrafas, mejorando simultáneamente su capacidad para sellar. Por fin, los tapones son sometidos a un proceso de embalado automático, desinfectados con dióxido de azufre, e introducidos en sacos que contienen la misma calidad de productos.